La sonrisa que se asoma, entre copas o tu boca, como una brisa tierna; del cualquier mes feliz.
Los momentos que te dictan, que te marcan y te desbordan; una felicidad ganada, refugiada en un latir.
La sonrisa que te dicta, un camino que ya deseas recorrer, converger y no mirar atrás. Transmitiendo esa sensación que solo la conoce el corazón, un abrazo y el amor.
Los momentos que se asoman, sin esperarlos y dentro de sus propios caminos; con ventajas favorables a sus cometidos errantes enlazados en sus sentidos de normalidad.
Y es que cuando la felicidad te dicta una sonrisa, se te asoma un momento y solo te queda, dejarlo traspasar.
Solo te cuento el momento. Felicidad.
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